movimientos revolucionarios
La lucha armada febrero de 1913-agosto de 1914
Después del asesinato de Madero y Pino Sumaren se trató de imponer el
orden en el país con el homicidio de los opositores al golpe militar; se
reclutaron forzadamente a los ciudadanos para formar ejércitos y combatir
a los insurrectos, que se multiplicaron, por lo que se militarizó el país,
incluyéndose a la Universidad Nacional; lo que generó el primer
corporativismo estatal de la nación, en torno de los militares. Para buscar
cualquier tipo de apoyo los golpistas crearon oficinas para atender, con su
burocracia, los problemas agrarios y laborales, al mismo tiempo que
perseguía a los rebeldes.
Con gran necesidad de crédito, sin el reconocimiento internacional y con
una espiral de crisis económica, el gobierno del usurpador tuvo como
principal objetivo el combatir y derrotar a los insurrectos, lo que era vital
para su supervivencia; sin embargo, los enemigos del gobierno militar
crecieron continuamente.
El fin del período presidencial de Howard Taft en los EUA, y el
nombramiento del demócrata Woodrow Wilson, significó la terminación de
cualquier acuerdo existente de los norteamericanos con Huerta y sus
acciones; su gobierno nunca sería reconocido e incluso se establecería
un bloqueo de los puertos nacionales para evitar que el dictador se
armara desde Europa, al mismo tiempo que se permitió el libre
avituallamiento en la frontera de los revolucionarios. La situación llegaría
hasta una nueva invasión del país por tropas norteamericanas, en abril de
1914, en los puertos de Tampico y Veracruz, que buscaba restablecer la
producción petrolera mexicana, ante la inminencia de la Primera Guerra
Mundial y la necesidad mundial de hidrocarburos.
Victoriano Huerta y Guillermo Rubio Navarrete
Hemeroteca Nacional
Para enfrentar la crisis el huertismo devaluó la moneda en un 100%, de dos pesos por dólar a cuatro; el metal en
monedas desapareció del mercado y sus antiguos aliados europeos lo comprometieron: los ingleses lo
abandonaron ante la Guerra Mundial que se aproximaba y el apoyo alemán resultó muy comprometedor ante los
norteamericanos.
Zapata reestructuró el Plan de Ayala para enfrentarse a Huerta, Villa se insurreccionó y liberó Chihuahua, Obregón
y Benjamín Hill suplieron a Maytorena y liberaron Sonora, mientras Carranza asumía la jefatura de la insurrección
en el norte del país. Se buscaba regresar a la paz y poder convocar a nuevas elecciones, por lo que Carranza se
autonombró Primer Jefe del Ejército Constitucionalista.
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